"Caminar en la presencia de Dios" - Serie Cómo comenzar el año 02
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Vamos a continuar con nuestra serie cortita “Cómo comenzar el año”
¿Cómo han estado sus primeros días del año?
El mío con mucha expectativa, sobre todo porque mi hijita está en esa etapa de querer caminar.
Jugamos con mi esposa “ganador pide” poniendo fechas para saber cuándo empieza a caminar Mia Nicole. Ya se le pasó la fecha a mi esposa en noviembre del año pasado.
Yo recuerdo haber dicho 7 de enero, pero ella dice que dije hasta el 7 de diciembre del año pasado, así que no nos ponemos de acuerdo en quién ganó.
Lo cierto es que Mia Nicola ya dio sus primeros 3 pasos solita, pero aún le cuesta dar el cuarto y prefiere gatear por el momento.
Aprender a caminar es todo un desafío para mi pequeñita.
Realmente, lograr caminar, fue un desafío para todos, pero caminar el día de hoy, también lo es.
¿Que tal caminaste tú estos primeros días del año?
Ya no estamos hablando de dar pequeños pasitos, sino de caminar en tu vida, en este nuevo comienzo de año.
Es que es complicado. ¡Queremos hacerlo bien! pero muchas veces no podemos.
Muchas veces tal vez hemos sentido que no caminamos en buena dirección. Tal vez estamos construyendo algo que no sabemos bien ni el por qué y se ha vuelto rutinario en nuestra vida.
¿Cómo caminar? y ¿Cómo caminar junto a otros?
¿Cómo saber qué es una buena decisión o qué no lo es?
¿Cómo saber si nos estamos equivocando o no?
Y si logramos saber lo que es una buena decisión, ¿cuándo es el tiempo de esa buena decisión?
Porque estoy seguro que todos nos hemos equivocado de decisiones y aún hemos afectado a otros, ya sea por mala decisión o por una buena en el tiempo incorrecto.
Y si es difícil saber “cómo” caminar y el “cuándo” caminar, es aún más difícil saber “hacia dónde” caminar.
¿Qué debemos buscar en nuestro caminar?
¡Qué desafío y a veces hasta complicado puede ser el caminar en este inicio de año!
Pero en las Escrituras el Señor sí nos puede responder estas preguntas para nosotros. Él es Quién quiere que caminemos con Él en esta etapa de nuestras vidas.
DESARROLLO
DESARROLLO
Había un pueblo que tampoco sabía caminar, pero que Dios iba a enseñarles a hacerlo.
Te estoy hablando del pueblo de Israel.
Este pueblo es tomado por Dios debido a la promesa que Él hizo a Abraham, de hacer un pueblo de propósitos especiales, por el cuál vendría un día el salvador prometido.
Este pueblo caminaba bajo el violento, tirano y rudo Faraón.
Su caminar era construir ciudades para la gloria de los egipcios, para la gloria de Faraón, como si no hubiese esperanza para ellos.
Mucha gente nacía, crecía, sufría de esclavo en Egipto y moría en esa tierra, sin caminar con el Señor.
¿Y no crees que a veces caminamos de la misma forma?
Y después de sacarlos de Egipto. El Rey del Universo va a tomarlos como suyos para enseñarles a caminar.
Dios les hace una propuesta a través de Moisés, que conocemos como el pacto de Dios con Israel:
5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
¡Y el pueblo aceptó! Dijeron que guardarían lo que Dios había dicho y mandado.
¡Imagínense este pueblo va a caminar con Dios! ¡Serán su especial tesoro!
¡El SANTO los había tomado para hacerlos un pueblo especial!
Al caminar con Dios van a poder presenciar Su gloria.
La primera cita o encuentro de Dios con el Pueblo debía darse en un monte. Dios iba a descender y mostrar Su Esplendor y Gloria para que el pueblo crea las palabras de Moisés, su mediador en ese tiempo.
El pueblo espera a lo lejos en el monte SINAÍ.
Son advertidos de no acercarse porque Dios va a hacer ESTRAGOS (a causa del pecado) y van a morir si se acercan porque la PRESENCIA de Dios se iba a manifestar.
El monte SINAÍ humeaba, Dios descendió en fuego, había una BOCINA que estremecía en gran manera y estaban muy asustados.
18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
Así que el primer encuentro deja atemorizados a todos porque DIOS es tan GRANDE que el pueblo no podía acercarse a Él para no morir.
La gloria del Señor era demasiado para cualquier persona.
Pero recuerda que estamos hablando de que el pueblo debía aprender a caminar con el Señor, pero qué difícil es tan solo estar cerca del Señor a causa de su gloria y por el pecado de las personas.
Hay como una barrera para caminar juntos con el Señor.
Así que solo subirá Moisés al monte, con los ancianos hasta cierta parte.
Moisés será el único que estará con el Señor mientras Él dicta Su Ley y escribe Su LEY en tablas de piedra para el pueblo.
Y Moisés tiene un encuentro único, que no lo tuvo nadie más en ese tiempo.
15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. 16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. 17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. 18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
A penas un poco de la gloria de Jehová, que deslumbraba al pueblo y a Moisés, y Moisés estuvo 40 días y 40 noches.
El pueblo con la Ley de Dios o Su Palabra, iba a poder caminar con el Señor.
Porque la Ley que recibían tenía ese propósito, de permitir temporalmente, porque miraba hacia Cristo, de permitir al pueblo, CAMINAR con el Señor.
Pero comienzan los problemas.
El pueblo que acababa de aceptar ser el pueblo de Dios y guardar la Ley que Dios había anunciado en los diez mandamientos y que la estaba completando mientras Moisés la iba registrando, empieza a impacientarse.
Qué difícil se estaba haciendo caminar con el Señor desde el inicio.
Empieza la impaciencia y la inseguridad.
Acababan de ver un poquito de la gloria de Dios, majestuosa en el SINAÍ, pero ya las dudas entraban en ellos.
¿No tenemos los mismos problemas para caminar con el Señor?
¿La impaciencia, inseguridad, dudas, a pesar de que hemos visto cosas extraordinarias en nuestras vidas, acaso no nos llevan a tomar malas y pésimas decisiones en nuestras vidas?
1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
¡Increíble!
Ni 40 días les duró cumplir el “pacto” que habían ellos mismos dicho que cumplirían.
Y sabes, el primer problema para caminar con el Señor, no viene de Él, ni siquiera de Satanás o del mundo, el primer problema somos nosotros.
Y el sacerdote Aarón, que tenía que guardar al pueblo mientras tanto, Moisés le había encomendado los asuntos del pueblo, responde así:
2 Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos.
Aarón hace un BECERRO DE FUNDICIÓN, de oro y cuando lo termina le dice al pueblo:
“Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto..”
Y luego Aarón hace un altar para aquel becerro de oro.
Y Dios dijo a Moisés cómo ellos habían dejado de caminar con Él:
7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
Y sabes, es tan fácil dejar de caminar con Dios (dejar su camino), pero a los ojos de los israelitas y aún a la de su sacerdote Aarón, era un camino bueno a tomar. Pero no se dan cuenta que dejar de caminar con Dios es corromperse.
Si en este año vas a tomar otro camino, aún pensando que es el correcto y aún con la excusa de la inseguridad, la impaciencia, vas a terminar en el camino donde el fin es corromperse.
No hay caminos neutros. Es el camino del Señor o vas a corromperte.
Y Moisés tuvo que rogar al Señor por su pueblo para que Dios no lo consuma.
Y cuando volvió al campamento vio el becerro y rompió las tablas que le dio Dios.
Y Moisés tuvo que rogar nuevamente por su pueblo para que Dios no los castigue, más Dios los hirió.
Que difícil caminar con el Señor para el pueblo de Israel.
Querían caminar con el Señor, pero ahora están más apartados de Él.
¿No te ha pasado esto?
Pero si eso ya era complicado, ahora se complicaría más:
Ahora será Jehová el Señor, que no quiera caminar ya con Israel.
1 Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; 2 y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo 3 (a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.
Es un pueblo de dura cerviz, desobediente y el Señor ya no subirá en medio de ellos a la tierra prometida.
Y Moisés vuelve a interceder al Señor.
Y es una de las partes más importante sobre caminar con el Señor.
15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
No valía la pena, ni un poco, caminar, si no era con el Señor.
Esto había comprendido Moisés, aparentemente el pueblo también, ¿y nosotros?
No tiene sentido hacerlo sin ÉL.
No sé que te estás proponiendo este 2023 pero no tiene sentido hacerlo sin Él.
Y Moisés vuelve a interceder por el pueblo. Ruega al Señor de que VAYA CON ELLOS. De que Israel nuevamente camine con el Señor.
Y encuentra gracia delante de los ojos de Dios.
Moisés le pide que le muestre Su Gloria como la confirmación de que Sí caminaría con ellos.
Y Jehová le dice que al día siguiente lo hará, al menos le mostrará su espalda, porque si ve algo más, Moisés morirá (Aún para Moisés todavía hay una barrera a causa del pecado)
Y llegado ese día, subió al Monte Sinaí, y esto es lo extraordinario que pasó:
5 Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. 6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; 7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. 8 Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. 9 Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.
Y el Señor, se agradó en Moisés.
Moisés exaltó Su gracia, Gloria, misericordia y verdad.
Y el Señor, decidió volver a caminar con Su pueblo.
Para Moisés, caminar con el Señor, te permitía contemplar la gloria de Dios, su gracia, misericordia y verdad.
Esta es la respuesta del Señor:
10 Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.
Y la primera maravilla que hizo a partir de ese momento fue: ENSEÑARLES A CAMINAR AL PUEBLO DE ISRAEL.
Y para esto, Moisés empezó a construir el tabernáculo, según el encargo de Dios.
La tienda donde Dios se manifestaría al pueblo, y donde su presencia se haría realidad en medio del pueblo.
Y todas las personas trajeron lo que tenían de valor, piedras preciosas, oro, lino fino y muchos otros, para construir el tabernáculo y el arca del pacto.
1 Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión; 3 y pondrás en él el arca del testimonio, y la cubrirás con el velo.
Y un primer día del primer mes, del año hebreo, Dios les enseñó a caminar con ÉL.
¿No estamos en un comienzo de año también? Que oportunidad para aprender a caminar con ÉL.
Para caminar con el Señor, primero debía estar la PRESENCIA DE DIOS en el pueblo.
Y al caminar con el Señor ibas a contemplar la gloria de Dios, Su misericordia y verdad.
El tabernáculo era la presencia de Dios en medio del pueblo.
Y ahora sí el pueblo podía decir que Dios caminaba en medio de ellos o que ellos caminaban con el Señor:
Y esta es la forma en cómo Dios les enseñó a caminar a personas que no sabían caminar con ÉL:
34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
La gloria extraordinaria de Dios, Su Presencia, estaba con el pueblo en el tabernáculo.
¿Cómo caminaban?
Cuando el Señor lo decía, o se manifestaba, alzándose la nube de Su gloria, era momento de caminar por el desierto bajo la guía del Señor.
Cuando la nube de Su Gloria y Presencia no se movía, era momento de permanecer en ese lugar.
Y era visible a toda la casa de Israel. Todos podían en unidad caminar con el Señor.
El Señor sí busca que los suyos caminen con ÉL desde el primer día del primer mes.
Pero llegamos a la mejor parte:
Porque el Señor es tan extraordinario y maravilloso, que AQUEL TABERNÁCULO que representaba la presencia de Dios ni siquiera era lo último o final que ÉL tenía para HACER PRESENCIA CON SU PUEBLO.
Lo que te voy a decir ahora, no lo vio ni el pueblo de Israel del desierto, aunque se anunciaron aquellas promesas.
El tabernáculo de Moisés era un tabernáculo fijo, que se movía en cierto tiempo y luego paraba. Pero era un tabernáculo al cuál nadie podía acceder sino solamente los sacerdotes y realmente el sumo sacerdote al lugar Santo.
Si bien representaba la presencia de Dios, aún seguía significativamente aislado del pueblo y por supuesto por causa del pecado.
Recuerda que había una barrera, que aún Moisés la tenía y por ello no podían contemplar totalmente la Gloria de Dios y esto era un inconveniente para caminar.
A causa del pecado.
Así que EL AMOR DE DIOS ES TAN GRANDE, que dejaría de haber un tabernáculo de madera y de lino fino, para que DIOS MISMO camine entre Su pueblo.
AQUEL VERBO de DIOS, fue hecho carne y habitó entre el PUEBLO.
Dios mismo, pondría sus pies sobre la tierra, para hacer morada con los suyos.
Y Dios se hizo carne en la persona del Hijo:
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
¿Y sabes que es impresionante?
Verbo “σκηνόω” - (skenoo) “habitó” - significa “hacer tabernáculo”.
El mismo verbo se utiliza en Ap 7.15, y directamente está traducido ahí como “tabernáculo”.
Esto quiere decir en palabras de Juan, que DIOS en CRISTO JESÚS, hizo su tabernáculo entre nosotros.
Y lo que ansiaba ver Moisés, la gloria de Dios y viendo solo su espalda quedó fuertemente impactado, Juan, los discípulos y mucha gente vio la Gloria de Dios completa, plena y total, en la persona de Cristo.
“..y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Y las palabras de Moisés que exaltaba su misericordia y verdad, se repiten en Juan, exaltando su gracia y verdad.
Jesucristo es la expresión máxima de la presencia de Dios con el pueblo.
Dios hizo su tabernáculo sin barreras en la persona de Cristo.
9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
Cristo es el tabernáculo móvil de Dios, la presencia plena de Dios.
Y esto quiere decir, que a partir de CRISTO, puedes caminar verdaderamente en la presencia de Dios. ¡SIN LIMITACIÓN! SIN RESTRICCIÓN, SIN BARRERAS.
Y cuando ÉL PUSO en un tiempo atrás de la historia Su tabernáculo para mostrar Su gloria y habitar entre el pueblo y enseñarles a caminar, AHORA, ha llegado a la máxima expresión de Su gloria, habitando en medio del pueblo, para que también PODAMOS CAMINAR.
Si los Israelitas no podían moverse sin la nube de la gloria de Dios, nosotros no podemos movernos sin la figura PLENA Y COMPLETA de la deidad que se manifiesta en Jesucristo.
¿Queremos caminar con el Señor?
Solo puede hacerse esto de forma plena en y por Jesucristo.
MEDITEMOS EN LA PALABRA
MEDITEMOS EN LA PALABRA
Si quieres aprender a caminar, Él quiere enseñarnos a caminar.
¿Sabes que como pueblo cristiano, hemos dejado de caminar por el motivo correcto?
¿Estarías dispuesto a caminar para exaltar la Gloria, la gracia y la verdad del Señor?
Es que esto sí es caminar con el Señor.
Porque tenemos tantas otras motivaciones, y estamos tan lejos de hacer lo que realmente es necesario para caminar con el Señor.
Se requiere en primer lugar estar en Su presencia y para quienes tenemos la revelación completa de las Escrituras, que no tenían en su tiempo los israelitas, requerimos estar en CRISTO.
Disfrutar de la presencia de Cristo, de LA GLORIA DE DE DIOS, por quien sí podemos tener verdadero acceso al Padre, porque Cristo lo refleja en su totalidad, requiere de comunión con ÉL.
¿Es Cristo el Señor y Salvador de tu vida?
¿Estás morando o Él ha hecho tabernáculo de reunión contigo?
No puedes estar en Su presencia si Él no es aún el Salvador.
Requieres FE EN JESUCRISTO Y ARREPENTIMIENTO de PECADOS.
Requiere creer en el evangelio.
Solo en la presencia del Señor podemos caminar junto a Él.
No era que Dios seguía al pueblo, era que Dios guiaba al pueblo.
No todos los caminos son con el Señor.
3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
¡Que incompatibles podemos ser con el Señor en lo que queremos para el año!
Todo lo que vayamos a hacer en este año, en cualquier área, requiere en meditar en Su Palabra, conocerle a Él a través de Su Palabra, ser obediente a Su Palabra.
Si no caminas con el Señor, estarás caminando hacia la corrupción del espíritu, del ser, que traerá consecuencias espirituales, emocionales y en todas las áreas de tu vida por la separación o ruptura de comunión con Dios.
No vayas a pensar que estás caminando con el Señor y luego te halles con becerros de oro, lejos del Señor, sin darte cuenta, que ya te has apartado de Él.
Una lección que nos dejó la historia de Israel, y que Moisés si se dio cuenta:
¿Vale la pena caminar sin el Señor?
Es difícil caminar, sí, pero sin Jesucristo no solo es difícil, sino no vale la pena.
¿Has elegido un buen lugar para caminar?
Tal vez, pero sin Jesucristo no valdrá la pena.
¿Has soñado en cómo caminaras en este tiempo o nuevo año?
Tal vez ya lo tienes listo, pero sin Jesucristo no valdrá la pena.
¿Crees que el tiempo para hacerlo es ahora?
Tal vez, pero sin Cristo no valdrá la pena.
Pero, para quienes quieran caminar de forma distinta en esta oportunidad. HAY MARAVILLOSAS NOTICIAS.
Los que anhelen, dejar de caminar por su cuenta, y esta vez quieran caminar poniendo en primer lugar el anhelo de ver LA GLORIA de Dios en lo que hagas, de exaltar la MISERICORDIA, SU GRACIA Y SU VERDAD, entonces vas a disfrutar de Su presencia y vas a ser guiado por el Señor.
Y Apocalipsis finaliza con la promesa, de que por la Obra de Cristo, estaremos para siempre con el Señor.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Así que no caminamos por caminar, caminamos en la presencia del Señor para estar para siempre con Él contemplando Su gloria, gracia y verdad, revelados en Cristo Jesús.
CONCLUSIONES
CONCLUSIONES
Tal vez sí hemos caminado hasta el momento o en una parte de nuestras vidas "mal” o por las motivaciones equivocadas y de la forma equivocada.
Mas hoy, podemos caminar de manera distinta con el Señor.
Lo más maravilloso es que:
Un pueblo no sabía caminar, pero por la gracia del Señor, pasó de caminar para el Faraón y para la gloria del Faraón a caminar en la presencia de Dios y para la gloria de Dios.
Y hay un pueblo ahora, que es la Iglesia, que somos nosotros, que podemos dejar de caminar para la gloria de otro Faraón, que a veces somos nosotros, el mundo o lo que fuere, y ser rescatados para caminar para la gloria de Quien sí merece la Gloria y quien nos permite caminar hacia la eternidad.
Vamos a concluir nuestra serie el siguiente domingo.
¿Cómo caminaremos en este inicio de año?
Anhelando o estando en Su presencia y dispuestos a renunciar a todo por contemplar Su gloria, su misericordia, Su gracia y verdad en Jesucristo y con la esperanza de estar con Él por la eternidad.
Vamos a orar.